jueves, 15 de enero de 2009

LA BARRERA DIGITAL EN SANIDAD

MÁS INFRAESTRUCTURA TECNOLÓGICA Y GESTIÓN "ON LINE" REDUCIRÁN LAS LISTAS DE ESPERA Y AGILIZARÁN TODO EL SISTEMA

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) cobran cada día mayor relevancia en el desarrollo de nuestra sociedad. Sin embargo, no podemos hablar igual de las aplicaciones de la tecnología en el Sistema Sanitario Español. Nuestro país presenta un déficit importante en infraestructuras tecnológicas y nuestros profesionales no se adaptan a las nuevas herramientas que facilitan el intercambio de datos y la centralización del Sistema Nacional de Salud. El uso de ordenadores, conexión a internet y acceso a banda ancha en los centros sanitarios no alcanza la media europea, según un estudio publicado recientemente por la Comisión. En opinión de Carme Sabater, Directora de la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad, “lamentablemente, somos un país que despierta ante la tecnología y, aunque se está cogiendo con ganas, estamos muy lejos de implantar, por ejemplo, la historia clínica compartida”. Este déficit está muy relacionado con la inversión económica que supone y con la falta de cooperación entre Comunidades Autónomas para llevar acabo un modelo de desarrollo tecnológico conjunto. La cuestión es que las infraestructuras necesarias para desarrollar aplicaciones on line en la medicina son muy complejas. Este es el caso de la historia clínica electrónica de cada paciente, que sería compartida en red a todos los niveles asistenciales. Como señala el profesional médico Benigno Caviedes, “Se trata de fichas en las que se mezcla información numérica, texto e imagen, lo que requiere un sistema de comunicaciones que va más allá de la implantación de una conexión de ADSL, sino que, probablemente, debería ser sustituída por comunicaciones de fibra óptica, lo que supone un amplio coste”. Pero al alto coste, también se suman otros factores característicos de la indiosincrasia española. Y es que nuestro país no se caracteriza por ser el más asiduo consumidor de nuevas tecnologías. Según Sabater, uno de los factores que hacen más difícil la implantación de las TICs “es el uso que los profesionales hacen del mismo en el sistema público, ya que muchos médicos utilizan internet privadamente para su información, pero no para el trabajo porque tienen la sensación de perder el tiempo al no tener un sistema fluído”. Por otra parte, los españoles también tienen miedo de que el transpaso de información a través de la red no garantice la confidencialidad de los datos, y las consecuencias legales que esto acarrea. Esta situación genera una ralentización de las tareas y del funcionamiento de los servicios sanitarios que afecta finalmente a los pacientes. Las listas de espera y la masificación en los servicios de urgencia y atención primaria son dos de las grandes carencias de Sistema Nacional de Salud (SNS) que, según Carmen Flores, Presidenta de la Asociación del Defensor del Paciente “sólo sirven para agravar la patología de un paciente a veces de forma irreversible”. “Acabar con la lista de espera en casos de preferencia y urgencia tanto para intervención como para especialidad y pruebas diagnósticas con un máximo de siete días” es una de las peticiones que el Defensor del Paciente ha transmitido al Ministerio de Sanidad y Consumo, con el objetivo de reducir los errores de diagnóstico y el deterioro del paciente, las dos consecuencias más habituales del retraso. A este problema se suma la falta de profesionales sanitarios, las carencias de los centros en poblaciones rurales y la escasez de geriátricos. Existe una demanda “de más y mejores servicios médicos mientras se hace énfasis en evitar costes innecesarios y un uso más eficiente de los recursos; - señala el experto en telemedicina del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, José Luís Monteagudo- en esta línea se intentan introducir mejoras en la organización y gestión de los servicios médicos tradicionales”.
Pero la utilización de la tecnología para optiminar la gestión de los centros sólo es el primer paso. El siguiente escalón supone subirnos al carro europeo y agilizar los trámites para conseguir un servicio de medicina on line, conocida como “e-Salud”, que garantice el seguimiento a distancia, las prescripciones electrónicas y los servicios médicos transfronterizos. En este sentido, “España se sitúa en posiciones intermedias, algo detrás de otros países que históricamente han dedicado más recursos y han establecido programas más ambiciosos como sería el caso de Iglaterra o Dinamarca”, según señala Monteagudo. Sin embargo, “nos encontramos por delante de países como Italia, Francia o Alemania”. Las experiencias españolas en cuanto a telemedicida no son más que ocasionales y no contemplan un desarrollo completo a nivel nacional. No obstante, se aúnan múltiples esfuerzos en investigación y se colabora con la Unión Europea, con el objetivo de desarrollar una línea de trabajo conjunta. En la actualidad, nuestro país se encuentra colaborando con la Comisión Europea y los Estados Miembros en la inplementación del programa para e-Salud dentro de la estrategia i-2010, abordando cuestiones como la interoperatividad, la seguridad para los pacientes y el resumen de la historia clínica electrónica. La asociación de empresas tecnológicas GAIA desarrolla líneas de investigación conjuntas con entidades nacionales y europeas para implementar el uso de las TICs en el ámbito médico. En opinión de Tomás Iriondo, Director General de GAIA, está resultando muy beneficioso el uso de las tecnologías de la información en la gestión de “hospitales del futuro” mediante la domótica y la automatización. “A través de las TICs se consigue evitar errores y equívocos en los tratamientos a aplicar en cada caso, o en las operaciones a realizar”, añade Iriondo. También es muy notable el desarrollo que se está produciendo con los llamados “hospitales sin papeles” u “hospitales digitales”. Se caracterizan por ser intensivos en la utilización de infraestructuras digitales de comunicación de datos con redes inalámbricas tipo Wi-Fi, redes de imágenes digitales (PACS), o acceso a la información móvil en el punto de asistencia. Los sistemas de teleconsulta son otro de los servicios más ventajosos que comienzan a ponerse en marcha, como explica Monteagudo. Estas herramientas permiten que el paciente sea atendido desde atención primaria en cualquier centro sanitario y su consulta sea enviada a especialistas en hospitales de referencia, lo que “evita desplazamientos desde zonas rurales y mejora el acceso de todos los pacientes al diagnóstico especializado con mayor eficiencia de los recursos y acortamientos en los tiempos de espera”. Este servicio ya comienza a desarrollarse mediante experiencias piloto en algunas Comunidades Autónomas, como Extremadura, donde produjo más de 6.300 teleconsultas a lo largo de 2006. La receta electrónica también esta en fase de despliegue, pero tampoco se utiliza de una forma unificada a nivel nacional. Andalucía es una de las comunidades con mayor índice de implantación de esta herramienta, mediante el sistema de receta XXI, que está operando en 422 centros de primaria, involucrando a 5.5 millones de habitantes. Por su parte, el servicio de la tarjeta electrónica, que permite al usuario llevar consigo todo su historial digitalizado, de forma que sea accesible en cualquier centro del territorio nacional, se encuentra en mayor estado de difusión. Como señala Monteagudo “hoy día, prácticamente todos los usuarios del Sistema Nacional de Salud disponen de tarjeta electrónica para su identificación”.
El ámbito de la investigación médica también se ve muy beneficiado con el uso de las TICs. Aunque los proyectos que se realizan con la ayuda de los medios on line no han adquirido aún un carácter general e institucionalizado en el terreno nacional, si comienzan a desarrollarse experiencias concretas. Según Migel Ángel Sanz, Jefe de Hematología del Hospital Universitario La Fe de Valencia, las tecnologías web juegan una labor fundamental en los Estudios Cooperativos, en los que participan varios hospitales de todo el país. En estos casos, según comenta el especialista en Hematología, “la recogida de datos de cada uno de los hospitales se hace mediante la web”. Cada institución, que trabaja según protocolos consensuados con objetivos investigacionales conjuntos, introduce la información en un “pozo común”, que facilita el avance en la investigación. Estos nuevos sistemas “garantizan, además, la confidencialidad del paciente, de forma que su trazabilidad de su caso nunca pueda llevar a sus datos personales”. Las investigaciones relacionadas con “la prevención de funciones cognitivas” también encuantran un gran apoyo en las TICs, según comenta el Director General de GAIA, quien explica cómo a través del registro de resultados en entrenamientos y cálculos mentales “se lleva un control exhaustivo de la evolución de sus deterioros, y de toda la trazabilidad del paciente, lo que facilita su diagnóstico, y por tanto, los tratamientos a seguir”. Todas estos estos avances, que actualmente se encuentran en fase de desarrollo, supondrán, en opinión de Miguel Angel Sanz, la creación de “un gran servicio central que tenga cabida para todos los hospitales a kilómetros de distancia”. Esto supone, en consecuencia, “una superespecialización, una reducción de personal, y una optimización de los resultados”, que podrían por tanto acabar con los mayores déficit del SNS, en relación a listas de esperas, carencia de médicos, y envejecimiento de la población. Sin embargo, el trabajo es todavía arduo. Es necesario un mayor consenso político y una mayor inversión en infraestructuras, así como la apuesta por la educación de los profesionales médicos. En este sentido, muchos expertos abogan por incluir las Tecnologías de la Información y Comunicación en las disciplinas impartidas en la carrera de medicina. Según José Luís Monteagudo, la clave está en el liderazgo de este tipo de proyectos desde las instituciones. “Hace falta un cambio de cultura para pasar de las filosofías de costes a estrategias de generación de valor explotando las capacidades de las TICs”, concluye Monteagudo.


GRANDES Y PEQUEÑAS INICIATIVAS: UN FUTURO EN DESARROLLO

La introducción de la e-Salud en España se encarna a través del Programa “Sanidad en Red”, encuadrado dentro del Plan Avanza, que se dirige a facilitar la interoperabilidad entre los sistemas de las Comunidades Autónomas para hacer posible la continuidad asistencial en el conjunto del SNS. Este proyecto, puesto en marcha por el Ministerio de Sanidad y Consumo, cuenta con 250 millones de euros de inversión, de los cuales el Gobierno de España aporta el 56 por ciento, y el 44 por ciento restante es financiado por las Comunidades Autónomas. La tarjeta sanitaria individual, la historia clínica digital, y la receta electrónica, que agilice la dispensación de medicamentos prescritos a los ciudadanos en sus desplazamientos, son las tres líneas fundamentales del proyecto “Sanidad en Línea”, aún en fase de implantación.
El resto de iniciativas se desarrollan como experiencias aisladas en diferentes comunidades autónomas. Valencia, Andalucía, Galicia o Castilla la Mancha son pioneras en este tipo de proyectos. Así, en Cantabria destaca el Servicio de Teleradiología entre el Centro de Salud de Liébana, en Potes, y el Hospital de Sierrallana, en Torrelavega. Liébana es una pequeña población rural que se encuentra aislada en medio de los Picos de Europa, por lo que sus habitantes tienen grandes problemas a la hora de acceder a los centros sanitarios. Con este nuevo sistema “los médicos generales pueden acceder al diagnóstico de los radiólogos de Sierrallana gracias al envío de las radiografías vía on line”, de forma que “es la imagen la que se traslada y no los pacientes”, afirma Benigno Caviedes, Director del Hospital de Sierrallana. Sin embargo, en opinión de Caviedes, este no es más que el primer paso. El futuro será “que podamos acceder al servicio de diagnóstico desde nuestra propia casa”.

ESPAÑA NO ALCANZA LA MEDIA EUROPEA en cuanto al uso de ordenadores, conectividad a internet e intercambio de datos por parte de los profesionales médicos.

77% es el porcentaje de consultas de medicina general en España donde se emplean uno o más ordenadores, cifra que no alcanza la media europea, que asciende al 87%.

36% es tan sólo el número de centros sanitarios con conexión a banda ancha en España, una cantidad mucho menor a la media europea, de un 77%.

30% de los datos médicos de cada pacienten se intercambian en nuestro país con otros servicios sanitarios, frente al 40% de la media europea.
[Publicado en La Clave, nº372, 30-5 de junio de 2008]

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